TRASTORNO POR ESTRÉS POSTRAUMÁTICO (TEPT)

¿Qué es el Trastorno por Estrés Postraumático?

Para poder diagnosticar un Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT), en primer lugar, la persona ha tenido que estar expuesta a un acontecimiento traumático en el que haya experimentado acontecimientos caracterizados por amenazas para su integridad física y/o las de los demás y ha respondido con temor extremo, desesperanza u horror intenso.

Cuando tienen lugar sucesos adversos en la vida y experiencias sumamente estresantes, las personas debemos afrontar y manejar las respuestas emocionales de horror y miedo utilizando nuestro repertorio de estrategias de afrontamiento.

La reacción de cada persona tras una vivencia estresante puede ser muy variable. Se pueden dar respuestas más o menos adaptativas y a una amplia diversidad de expresiones de malestar.

Síntomas característicos del Trastorno por Estrés Postraumático:

La persona que sufre TEPT puede desarrollar una serie de síntomas que se agrupan en 4 grandes categorías:

  1. Síntomas de intrusión: la persona reexperimenta el acontecimiento traumático (p.ej., flashback, sueños recurrentes, pensamientos intrusivos sobre el hecho traumático que invaden a la persona, etc.)
  2. Evitación de situaciones relacionadas con el trauma.
  3. Alteraciones cognitivas y emocionales (p.ej., embotamiento mental, incapacidad para recordar aspectos importantes del suceso, creencias o expectativas negativas, estado emocional negativo persistente, sentimientos de desapego, etc.)
  4. Aumento de la activación autonómica (p.ej., estado de hiperactivación o hipervigilancia, dificultades para conciliar el sueño, etc.)

Los síntomas descritos anteriormente, persisten al menos varias semanas y causan un deterioro importante en el funcionamiento psicosocial de la personal, pudiendo verse afectadas áreas personales, laborales, familiares, etc.

Es habitual escuchar en personas con TEPT expresiones del estilo: “no puedo confiar en nadie”, “el mundo es muy peligroso y aterrador”, “no voy a ser capaz de superarlo nunca”. Estas expresiones hacen referencia a creencias negativas persistentes y exageradas sobre uno mismo y la situación.

Todo ello desemboca en la experimentación continua de emociones desagradables como son el miedo, terror, enfado e incluso vergüenza.

En los casos más complejos se pueden presentar síntomas disociativos. Entendiéndose como alteraciones de las funciones superiores como lo son la conciencia, memoria, identidad y percepción de sí mismo y del entorno que rodea a la persona.

Dichos síntomas disociativos son:

  • Despersonalización (la persona siente como si uno mismo fuera un espectador de sus propios pensamientos y su cuerpo, con marcada sensación de irrealidad)
  • Desrealización (la persona experimenta el mundo como si fuese irreal).

El estrés postraumático puede ser agudo o crónico, en función de si dura más o menos de tres meses.

¿De qué depende que una persona desarrolle (o no) un Trastorno de Estrés Postraumático?

Hay personas más predispuestas que otras a desarrollar estrés postraumático a pesar de haber vivenciado la misma situación.

El concepto de resiliencia recibe una especial atención en relación al desarrollo de TEPT. Una de las definiciones más aceptadas en la actualidad es la que entiende la resiliencia como una relativa adaptación positiva a pesar de los contextos de adversidad (Luthar, 2006).

Windle (2011) identificó 3 requisitos para que la resiliencia tenga lugar:

  • Que exista un riesgo o adversidad.
  • La presencia de recursos personales para hacer frente a la situación.
  • Adaptación positiva o la evitación de resultados negativos.

Los factores de resiliencia que pueden aliviar la sintomatología asociada al trastorno por estrés traumático incluyen:

  • Optimismo y actitud proactiva.
  • Focalización en el presente.
  • Independencia y autonomía personal.
  • Red social de personas del entorno cercano: familiares, pareja, amigos.
  • Soporte emocional en grupos de apoyo mutua.
  • Apoyo psicológico.

Tenemos que tener en cuenta que la probabilidad a desarrollar TEPT aumenta cuando se incrementa la intensidad, la duración y la frecuencia del agente estresor.

Son diversos los acontecimientos o catástrofes que hacen que el TEPT sea más probable, entre ellos se encuentra:

  • La presencia en un asesinato.
  • Vivencia de agresión grave.
  • Accidentes graves de tráfico.
  • Catástrofe natural.
  • Violación.
  • Experiencia de combate.
  • Maltrato físico/ abandono en la infancia.

Así mismo, es de especial relevancia tener en cuenta ciertas variables que pueden cronificar el diagnóstico. La probabilidad aumenta cuando se incrementa la intensidad, duración y frecuencia del suceso estresante, cuando se ha experimentado en primera persona y cuando ha sido aplicado directamente por el hombre (p.ej., una tortura), en mayor medida que si es una catástrofe natural.

Intervención psicológica para el tratamiento del TEPT:

Existen multitud de evidencias científicas sobre la importancia de la intervención psicológica en casos de estrés postraumático, produciéndose sobresalientes mejoras en las personas que llevan a cabo un tratamiento psicológico personalizado.

En la actualidad son múltiples las técnicas que se pueden emplear, no obstante, bajo el enfoque de Terapia Cognitiva Conductual se recomienda un programa multicomponente amplio con el fin de conseguir mejores resultados.

Siendo los componentes de dicho programa:

  • Psicoeducación. El componente educativo es fundamental para que la persona comprenda los síntomas propios del TEPT e integre una explicación lógica acerca de las reacciones comunes ante una experiencia traumática.
  • Entrenamiento en respiración. Como técnica de control de ansiedad e hiperactivación.
  • Reestructuración cognitiva. Se debe abordar las creencias disfuncionales de la persona, con el fin de que las sustituya por nuevas creencias más realistas sobre la capacidad de afrontamiento y sobre todas las situaciones relacionadas con el suceso traumático.
  • Exposición en imaginación. El objetivo de dicho componente es promover el procesamiento emocional, confrontar con los recuerdos del trauma y permiten procesarlos de una manera funcional, en un contexto controlado para la persona.

Otras intervenciones psicológicas que han también han mostrado gran eficacia en el TEPT son:

  • Terapia de exposición narrativa.
  • Desensibilización.
  • Inoculación al estrés.
  • Exposición mediante realidad virtual (ERV).

Algunos componentes terapéuticos a abordar en la terapia:

  • Detección del pensamiento.
  • Autoinstrucciones positivas.
  • Relajación, respiración, meditación.
  • Manejo y autocontrol emocional.
  • Manejo de los sentimientos desagradables (miedo, culpa, vergüenza, etc.)
  • Escritura terapéutica.
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