Servicios
Psicoterapia individual para adultos
Ayuda para sobrellevar los momentos más complicados.
Terapia personal que favorece la comprensión de las propias emociones, comportamientos o situaciones de la vida diaria. El malestar por conflictos, ya sea externos o internos, es con frecuencia manifestado a través de ansiedad, depresión, estrés, fluctuación del estado de ánimo, conflictos interpersonales, etc.
Gracias a la terapia, se alivian y se comprenden los síntomas que producen dicho sufrimiento. Se realiza una intervención sanitaria de las posibles patologías o cuadros clínicos individuales. El mayor protagonista de cambio en la terapia individual es el propio individuo.
Desarrollo y crecimiento personal
Desarrolla y optimiza tus habilidades y destrezas personales.
Son un conjunto muy variado de técnicas que pretenden que la persona adopte nuevos comportamientos y actitudes, dando como resultado una mejora de la calidad de vida y del logro de objetivos o metas personales.
Se parte de la premisa de que la persona “quiere hacer algo distinto” en su vida, estando dispuesto a salir de la zona de confort.
“El cambio posible de realizar, es el que uno mismo quiere hacer…”
Estimulación cognitiva
¿Experimentas olvidos o problemas de atención en tu día a día?
Se trata de un conjunto de actividades dirigidas a mantener, mejorar y estimular el funcionamiento cognitivo, ralentizando un posible deterioro general de las funciones ejecutivas superiores de las personas. Se realiza mediante ejercicios de percepción, atención, praxias, gnosias, memoria, orientación temporo-espacial, etc.
Cuidando al cuidador
Cuidar es una labor que requiere de un importante esfuerzo emocional
En la actualidad existen numerosas personas que se encargan del cuidado principal de una persona que requiere de apoyos para diversas áreas de la vida cotidiana.
Esta situación, en ocasiones, puede llegar a prolongarse durante años, convirtiéndose en una fuente de frustración y sobrecarga emocional. Por tanto, es esencial que la persona que cuida sea capaz de autocuidarse.
Intervención en crisis
¿Sientes angustia, estrés o ansiedad que te resulta complicada manejar?
A lo largo de nuestra vida se producen crisis que interrumpen de forma brusca el curso normal de nuestro día a día. Pueden ser de diversos tipos, pero todas ellas tienen en común que generan fuertes cambios en el equilibrio emocional, momentos en los que la persona se siente sobrepasada, reflejando que los recursos habituales de afrontamiento resultan insuficientes.
La intervención se centra en ofrecer apoyo psicológico que favorezca la resolución del conflicto de forma satisfactoria, aliviando el impacto inmediato de la situación generadora de crisis.
«El cambio es una puerta que solo puede abrirse desde dentro»
Sentir ansiedad es normal, ya que se trata de un mecanismo adaptativo natural que nos permite ponernos alerta ante situaciones comprometidas para nosotros. Sin embargo, se considera ansiedad patológica cuando la persona que la padece se siente desbordada y no es capaz de hacer frente a las exigencias de su día a día, produciéndose un deterioro significativo de su funcionamiento psicosocial y fisiológico.
Los trastornos depresivos son trastornos frecuentes que se caracterizan por la presencia de tristeza patológica, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos asociados del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración. Todo ello limita de forma considerable el funcionamiento habitual de la persona.
Los trastornos de la alimentación son afecciones que se relacionan con las conductas alimentarias que afectan negativamente la salud y las emociones. Implican problemas sobre cómo se piensa entorno a la comida y la conducta alimentaria, afectando seriamente a la salud general de la persona que presenta un TCA.
El trastorno bipolar es una enfermedad mental crónica que afecta a los mecanismos que regulan el estado de ánimo. Existen diferentes tipos de trastorno bipolar, sin embargo, todos ellos se caracterizan por alternar episodios que van desde la manía o hipomanía a episodios depresivos.
Las personas diagnosticadas de un trastorno de personalidad se caracterizan por presentar un patrón permanente e inflexible de pensamiento y comportamiento, que se aparta de lo que se considera habitual en su cultura. Se manifiesta en la forma de percibir el mundo que le rodea, la afectividad, las relaciones interpersonales y el control de los impulsos de la persona.
La esquizofrenia es una enfermedad mental de curso crónico y permanente que forma parte de un grupo más amplio llamado psicosis, caracterizándose los momentos de crisis por una alteración o distorsión de la percepción del entorno, dando lugar a la pérdida de contacto con la realidad. La persona diagnosticada de psicosis presenta sintomatología positiva (principalmente alucinaciones y delirios, los cuales deben ser abordados desde una perspectiva sanitaria con tratamiento farmacológico) y sintomatología negativa, que implica disminución o déficit de funcionamiento a nivel psicosocial que limitan gran parte de las áreas de la vida diaria. A nivel psicológico es fundamental establecer una buena alianza terapéutica con la persona, llevar a cabo intervenciones psicoeducativas donde se favorezca la toma de conciencia de la propia patología, una buena adherencia al tratamiento y al seguimiento de consultas de salud mental, tanto psiquiátrica como psicológica.
Cuando suceden cosas terribles, muchas personas se ven afectadas por mucho tiempo; en algunos casos, la exposición o vivencia a un acontecimiento vital complicado que invoca sentimientos de miedo extremo, impotencia u horror puede desembocar en un trastorno. Por ejemplo, en el trastorno de estrés postraumático aparecen cuatro síntomas predominantes: reexperimentación del acontecimiento traumático, evitación de situaciones relacionadas con el trauma, embotamiento mental y un estado de hiperactivación o hipervigilancia.
Los trastornos obsesivos compulsivos se caracterizan por presentar un patrón de pensamientos, miedos e ideas fijas recurrentes y persistentes que generan inquietud, temor, ansiedad o aprensión. Con el fin de calmar la ansiedad generada por las ideas obsesivas, las personas desarrollan conductas compulsivas, pudiendo llegar a elaborar complejos rituales o reacciones exageradas de resistencia a las propias ideas obsesivas. Estas obsesiones y compulsiones interfieren en las actividades diarias y causan un gran sufrimiento emocional.
Se entiende por duelo el proceso de adaptación emocional que sufre una persona cuando enfrenta una pérdida. Existen múltiples factores que van a interferir en la elaboración propia del duelo: la intensidad de las emociones, la duración del proceso, las estrategias personales de afrontamiento, el tipo de vínculo, el contexto sociocultural, etc. Hablamos de duelo complicado cuando el proceso no sigue el curso esperado, produciendo notables alteraciones en el funcionamiento habitual de la persona. Gracias al tratamiento psicológico se acompaña a la persona en su proceso de duelo, dotando de las habilidades necesarias para su elaboración y favoreciendo el desahogo emocional, desde una perspectiva de normalización y validación de los sentimientos expresados.
En la actualidad, existen diferentes tipos de adicciones: las adicciones con sustancia (alcohol, cocaína u otras drogas), y las adicciones comportamentales o sin sustancia. Estas últimas conllevan patrones de conducta dependientes, vinculados a diversas actividades cotidianas que escapan al control de la persona (juego, compras compulsivas, adicción a internet, etc.)