¿CUÁNDO ACUDIR A TERAPIA?

¿Cuándo acudir a terapia? es una pregunta que muchas personas se hacen.

El hecho de pedir ayuda psicológica es una decisión difícil para la mayoría de las personas. Sentir incertidumbre, vergüenza e incluso miedo por no saber cómo se va a desarrollar la terapia es normal. Añadido, todavía existe un gran tabú en torno a pedir ayuda psicóloga, donde pesan los estereotipos, el estigma y las connotaciones negativas.


La terapia individual ayuda a un mayor autoconocimiento y comprensión de las propias emociones o comportamientos que tienes en la vida diaria. El malestar por conflictos, ya sea externos o internos, es con frecuencia manifestado a través de ansiedad, depresión, estrés, fluctuación del estado de ánimo, conflictos interpersonales, etc.

ES IMPORTANTE ESCUCHAR NUESTROS SENTIMIENTOS PORQUE…

  • Nos indican si la relación entre nuestros proyectos, expectativas y la realidad está siendo buena o mala.
  • Constituyen la base para la formación de nuestra escala de valores.
  • Nos ofrecen un balance de la situación en la que nos encontramos.
  • Si reconocemos e identificamos bien nuestras emociones nos dan pistas muy importantes del camino adecuado a seguir.

Por tanto, algunas señales y síntomas que nos indican cuando acudir a terapia psicológica son:

  1. Presentar constante tristeza, desánimo y apatía, entendida esta como un estado de desinterés y falta de motivación o entusiasmo.
  2. Experimentar marcada labilidad emocional, es decir, cambios bruscos en el estado de ánimo.
  3. Tener pensamientos negativos circulares, donde la rumiación cognitiva se establece como patrón de pensamiento.
  4. Pérdida de autoestima.
  5. Experimentar una especia de bloqueo mental a la hora de tomar decisiones en tu vida diaria y tener sensación de “abotargamiento mental”.
  6. Tender a una marcada disminución de los contactos sociales, conllevando un aislamiento social.
  7. Presentar altos niveles de estrés y ansiedad.
  8. Problemas de relación y presencia de conflictos interpersonales de forma habitual (amigos, familia, pareja, etc.)

Acudir a terapia nos puede aportar un amplio abanico de beneficios como entre los que destacar la ayuda y acompañamiento en momentos vitales complejos, el aprendizaje de herramientas y técnicas de gestión emocional que, sin duda, aliviarán tu malestar y sufrimiento, así mismo puede servirte de gran ayuda a la hora de trabajar a nivel cognitivo ciertas tendencias de pensamiento o distorsiones negativas que puedan estarte resultando poco adaptativas.

Gracias a la terapia, se alivian y se comprenden los síntomas que producen dicho sufrimiento. Se realiza una intervención totalmente individualizada enfocada en la persona, para guiarla y asesorarla en su proceso.

Si estás valorando la posibilidad de acudir a terapia, sólo quiero recordarte, unos cuantos aspectos que es conveniente tener en cuenta:

Un profesional de la Psicología:

– Tiene amplia formación en el funcionamiento de la mente y el comportamiento humano.
– Ha estudiado una carrera universitaria. ¡Como mínimo! ya que la formación constante y actualizada es fundamental y siempre se continua con un aprendizaje reglado.
– Muestra capacidad de escucha activa.
– Se rige por el Código deontológico, la confidencialidad y el secreto profesional.
– Tiene un amplio conocimiento del papel que juegan las emociones y cómo gestionarlas.
– No receta fármacos (pero sí conoce su funcionamiento).
– No te juzga.
– No te dice lo que tienes que hacer y lo que no. Te facilita herramientas para saber afrontar tu vida.

¿Cómo elegir psicólog@?
– Comprueba que tenga la formación correspondiente.
– Constata que disponga de número de colegiación profesional.
– Escoge un profesional con el que te sientas a gusto y facilite una buena alianza terapéutica.
¡Tú eliges!

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